“No se nace mujer, se llega a serlo” son palabras de Simone De Beauvoir en El segundo sexo, una de las obras más importantes del siglo XX y uno de los pilares del feminismo. Publicado en 1949, este texto es un comprometido análisis acerca del papel de la mujer en la sociedad, donde se revela el modo en cómo se construye el rol y la figura de la mujer. Pero también un texto que propone la liberación de la mujer mediante la reconquista de su específica identidad desde sus propios criterios.
lunes, 20 de febrero de 2012
LO QUE QUIERO AHORA (II)
“Las puertas que bajan del cielo sólo se abren por dentro. Para entrar, es necesario haber ido antes al otro lado con la imaginación y el deseo”.
Ángeles Mastretta
Esta frase, sentencia y afirmación tan acertada forma parte del capítulo "Valientes y desaforadas" del libro "El cielo de los leones".
Continuamos aún con lo sueños, con los deseos, (por eso la entrada se titula lo que quiero ahora II), porque puede ser la continuación de la anterior ya que de nuevo llegan ideas para construir los cimientos de nuestros castillos en el aire,(George Bernard Shaw). Me ha encantado este texto de Ángeles Caso aparecido el 19 de enero, (Pincha aquí).
LO QUE QUIERO AHORA, por Ángeles Caso.
"Será porque tres de mis más queridos amigos se
han enfrentado inesperadamente estas
Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre
que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he
conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas
alturas de mi existencia, he vivido ya
las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en
su sitio. Será, quizá, porque algún
bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento
hasta mí. El caso es que tengo la
sensación -al menos la sensación- de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.
Casi nada de lo que creemos que es importante
me lo parece. Ni el éxito, ni el poder,
ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de
laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la
maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a
los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en
tumbas llenas de honores y cuentas
bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula
minúscula de pena verdadera.
Detesto los coches de lujo que ensucian el
mundo, los abrigos de pieles arrancadas
de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres
esclavos que padecen en las minas de
esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo
piensa en su propio bienestar y se
desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos
indiferentes que nunca se meten en líos.
Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no
comparten la mesa con un inmigrante. A
los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que
sólo es importante tener y exhibir en
lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no
quiero casi nada. Tan sólo la ternura de
mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño
antes de irme a la cama.
El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de
árboles al otro lado de los cristales y
un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche.
El mejor verso del mundo y la más hermosa de
las músicas. Por lo demás, podría comer
patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y
el espíritu crítico por los que pago con
gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda
la alegría para disfrutar de lo bueno.
Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que
irse porque tuve la suerte de haberlos
tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada.
Seguir llorando cada vez que algo lo merezca,
pero no quejarme de ninguna tontería. No
convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque
esfumarme, un puñadito de personas
piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.
La Vanguardia Magazine 19/01/12.
Y ahora... podíamos hacer un "guiño" y decir cuáles son tus/mis sueños, o los de nuestro alumnado, ¿qué es importante?, o saber qué entiendes qué es la vida, ¿qué quiero?..., para ello nada mejor que cada cual que haga su propio "subrayado" y ponga su propia "negrita". O tal vez rehacerlo cada día.
Seguramente entre este texto y el anterior no puede haber más que la distinción de personas y ahora cobre sentido que lo importante es "que haya tanta gente como personas". Para ello lo importante es que... "Educar seres humanos, dueños de su destino tendría que ser la búsqueda y el propósito primero de nuestra sociedad" (Angeles Mastreta. El cielo de los leones)
La música no podía ser otra que esta: "Ahora" de Joaquín Sabina
Gracias Emilio, por tu interesante reflexión en los tiempos que vivimos,... cuando es preciso definir esos detalles y esas pequeñas cosas
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